Una nariz. Anécdota de Carnaval

—¿Permites que me siente junto a ti, serranita? —Con mucho gusto; y te agradezco prefieras mi compañía a la de tantas bellezas como brillan en el salón. ¿Me conoces por ventura? —No; hasta ahora no, y es muy posible que me suceda lo mismo aunque te quites la careta. Pero ¿qué importa? Esta noche podemos … Sigue leyendo Una nariz. Anécdota de Carnaval

De Missouri

Capítulo I Un vaquero de elevada estatura salió a grandes zancadas de la oficina de Correos, con gran estrépito de espuelas, y se dirigió en derechura hacia sus tres camaradas que cruzaban la ancha calle después de abandonar la taberna que había enfrente. —Mirad —dijo, agitando una carta bajo sus narices—. ¿Quién de vosotros, cuernilargos, … Sigue leyendo De Missouri

Conversión

En una pintoresca villa, de cuyo nombre no quiero acordarme, vivía un matrimonio que no se distinguía de las infinitas familias de la población por su talento, por su belleza, por su fortuna ni por ninguna otra circunstancia que los hiciese notables. Vivían en paz a ratos, pues su diferente modo de apreciar las cosas … Sigue leyendo Conversión

El hombre que me cortó el pelo

Me llamo Judith Lee. Soy profesora de sordomudos. Les enseño mediante lo que se llama el sistema oral, es decir, el sistema de lectura de labios. Cuando las personas pronuncian una palabra de forma correcta siempre hacen los mismos movimientos con los labios, de modo que, aunque no se oiga ningún sonido, solo hay que … Sigue leyendo El hombre que me cortó el pelo

El beso

Eusebio Blasco Soler fue el creador del término suripanta. Había en el presidio de… donde sea, que el nombre de la ciudad no hace al caso; había, digo, gente muy mala. Verdad es que no suele abundar la gente buena en tales casas. Pero entre los cuatrocientos y pico de penados, había uno que valía … Sigue leyendo El beso